Como es mi costumbre estoy escribiendo poco antes del tiempo establecido, pero es tanta la tarea y exámenes que tengo para el día de mañana que por más que trate de darme un tiempo en el resto del día no pude hacerlo, hasta ahorita que me dí cuenta que faltan cuarenta minutos para que sean las 12 de la noche. En fin, no podía dejar de escribir mi última entrada en el blog.
Si bien, algunas ocasiones mi mente olvidadiza no recordaba que tenía que escribir en el blog y cuando lo hacía era a la mera hora, esta actividad más que ser una tarea forzosa con la cual tenía que cumplir si quería obtener la parte correspondiente de la calificación, me parecía una tarea muy provechosa y fructífera para nuestra formación académica. Ello en el sentido de que escribir libremente sobre temas o cosas que no tuvieran que ver con cuestiones meramente académicas de la carrera, nos ayudo a desarrollar aún más nuestro propio estilo de redacción, lo cual evidentemente es de gran apoyo para la elaboración de la tesis.
No puedo negar que en ocasiones resultaba muy complicada esta actividad, sobre todo cuando no tenía ni la más mínima idea sobre que hablar en este medio. Incluso, creo que a veces tardaba más tiempo pensando lo que iba a escribir, que lo que realmente me tardaba redactando. A pesar de todo esto resultaba una actividad productiva, pues no sólo fue útil en cuanto a cuestiones de redacción, sino que también de cierta forma me ayudó a planear más mis actividades porque el hecho de verme obligada a escribir dos veces por semana me llevo a programar esta tarea para que no se me olvidara hacerla.